¿Cómo conocí a René Mey?
Quiero compartir contigo mis reflexiones después de asistir a un evento de René Mey llamado «Taller de meditación e introspección evolutiva». Empiezo por contarte que hace unos meses no sabía nada de él, lo conocí cuando un familiar me dijo que podía interesarme la película que se encuentra en YouTube y que cuenta un poco de su historia, al principio por mi desconocimiento no tenía mucho interés pero después de seguir mi voz interna, decidí verla. Cuando terminé dije «quiero conocerlo en persona», eso fue hace ya 3 meses aproximadamente. Busqué en ese momento y revisando la programación de eventos solo habían algunos en México, por lo que desistí de la idea, pero hace unos días atrás vi el anuncio de su taller en Colombia y de inmediato dije “tengo que ir y que los ángeles me ayuden a crear el milagro para que así ocurra”. Así sucedió, se fue dando una cosa tras otra y finalmente pude asistir al taller, fue un momento mágico que recuerdo con infinito agradecimiento por los conocimiento que René Mey nos compartió y también me agradecí por permitirme crear realidades diferentes manteniendo mi intención, aunque a por momentos parecía un poco difícil.
Mis reflexiones…
Mi primera lección, tal como dice Deepak Chopra, si estás alineado energéticamente con las oportunidades que deseas crear, los milagros ocurren.
Este taller lo viví con mucha consciencia y aunque sé que aún me faltan muchas cosas para comprender, también puedo ver que cada paso que doy me lleva a una integración de conocimientos que hacen más amplia mi visión. Una de las frases que más me gustó durante este taller fue “La palabra es la pobreza de la espiritualidad, son los hechos su riqueza” y es que realmente en la memoria de las personas no quedan grabadas las palabras, quedan grabados los actos que se hicieron con amor, con compromiso, con entrega total.
Segunda lección, para decir que somos espirituales no se necesita filosofar o hablar bonito para que todos queden deslumbrados, se necesita vivir la experiencia como seres humanos generando acciones que redunden en nuestro propio bienestar y en el de los demás y esta es una tarea diaria con tu compañero de trabajo, con el vigilante de tu edificio, con tu familia, con el señor del transporte, con todos, es un acto que necesita plena consciencia.
Con estas reflexiones me despido dejándoles mi foto del encuentro con René Mey.
PD: Te regalo una meditación para que conectes con el amor que ya eres.
Alicia Lizcano
Hola Alicia, gracias por compartir, acabo de ver la película y tengo la misma intención de conocer a René Mey, también soy de Colombia. Gracias.